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Jack London.txt
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#Jack London
##El Llamado de la Selva
Leer a Jack London es volver a lo mínimo. Donde muy pocos en la vida son capaces de llegar, y no por propia voluntad. No hablo de viajes a lugares famosos de gran atracción para quienes disfrutan de la vida en contacto con la naturaleza. Hablo de conocernos y estar en contacto con nuestra naturaleza. Solemos pensar que somos seres espirituales (y creo que cierto sentido lo somos), pero no debemos olvidar la maquina de supervivencia adecuada por miles de años de evolución. Que los años que hemos destinados a pensamientos mas elaborados, los nos distingues del resto de los animales (como los son los pensamiento sobre nuestros pensamientos, las Bombas de Intuición de Daniel Dennett o los Memes de Richard Dawkins), son insignificantes en la historia de la vida en la tierra, y no estoy ni siguiera considerando la temporalidad universal. No somos un alma que habita un cuerpo, somos un cuerpo que crea el alma.
Vivimos en una época en que dificilmente nos vemos enfrenados al tipo de conflicto relatado en "El Llamado de la Selva" (y que bueno que así sea). Pero no hemos perdido lo que la evolución nos entregó para estos propósitos. Entonces ¿Qué debemos hacer con esta increíble maquina evolutiva preparada para otros rigores? Creo que esta es la pregunta a la que todos nos debemos enfrentar, tanto personalmente como sociedad. La respuesta la da el mismísimo Jack London en un hermoso cuento "La Leyenda de Keesh". Debemos servirnos del ingenio y no de encantamientos
>>Sin embargo, no obstante el amor que sentía por John Thornton, amor que parecía proclamar la suave influencia de la civilización, el instinto selvático, azuzado por le ambiente de las tierras árticas, se mantenía vivo y activo. La fidelidad y la devoción habían nacido en él junto al fuego del hogar, pero conservaba la ferocidad y la astucia. Era un producto de la naturaleza, que había llegado de la naturaleza para tenderse a los pies de John Thornton, más que un perro del cálido sur signado por siglos de civilización. Por obra de su gran amor no podía huir de aquel hombre, en tanto que de cualquiera otro hombre, de cualquier otro campamento, no hubiera vacilado un instante en hacerlo, pues si astucia año habría salvado de ser atrapado.